Álvaro de Campos, lo más histéricamente histérico del mundo mental de Pessoa, nació en Tavira, puerto pesquero del Algarve cercano de la línea fronteriza de Huelva el 15 de octubre de 1890, es decir, que hace tres domingos se cumplieron exactamente 105 años de su nascimiento. Vivó menos de cuarenta años, aunque no se ha podido precisar la fecha de su muerte. Entre él y Pessoa hubo una estrecha relación de amistad, lo que no es extraño, pues de todos sus heterónimos, era, desde el punto de vista poético, el que más parecía a Pessoa. (...)
El pobre Campos, que no gozó de un excesivo fervor de los lectores, publicó en la década de los veinte algunos poemas en revistas concretamente en Presença, su impresionante poema Tabacaria, no supo lo lo que es llamar realmente la atencíon de algunos lectores. Murió hacia 1935 y no me pergunten ahora por qué estoy escribiendo sobre él. Sálo sé que llega a su final este artículo y que no tengo conclusión. O mejor dicho, la tengo. Citaré dos versos de Lisbon revisited: "No me vengáis con conclusiones! La única conclusíon es morir".
Henrique Villa-Matas, El Hombre Que Se Parecía A Pessoa
Domingo, 5 de Noviembre de 1995,
Para Acabar Com Los Números Redondos
1 comentário:
Uma importante conclusão. E, enquanto não há conclusão, vai-se seguindo o caminho. Também uma boa conclusão.
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